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jueves, 30 de octubre de 2008

Los primeros criptógrafos

Con la aparición de la escritura, los escribas se convirtieron en la columna vertebral de la sociedad. Una vez codificados los símbolos y reglas de escritura, las tareas administrativas como la recaudación de impuestos y la codificación de leyes fueron posible. Se hizo posible la regulación de grandes territorios, y nacieron los imperios. Y, con la escritura, apareció también la posibilidad de "hackear el código".

Los primeros testimonios de criptografía en el lenguaje escrito nos llevan al antiguo Egipto, hacia 1900 AC. En la pequeña villa de BeniHassan, a unos 270 kilómetros al sur de El Cairo, se halla la tumba de Khnumhotep II, un alto funcionario de la XII Dinastía. Como todo buen noble de la época, las inscripciones de su tumba hablaban de su vida y obras. Casi al final, aparece un conjunto de referencias a diversas construcciones. Y, según algunos egiptólogos, ahí pueden verse los primeros rudimentos de escritura criptográfica. Algunos símbolos de uso común fueron sustituidos por otros más infrecuentes, y la sintaxis gramatical presenta ciertas anomalías. Sin embargo, ello no impide la lectura del texto, así que ¿por qué esas modificaciones al lenguaje habitual?

Se  han postulado diversas explicaciones. Tal vez sea el resultado de la evolución del lenguaje en una época de fuertes cambios geopolíticos, o un intento de dignificar el contenido del mensaje usando un lenguaje rebuscado. Sin embargo, expertos como William Friedman o David Kahn postulan la posibilidad de que se trate de una técnica deliberada de transformación del lenguaje. En este caso, el propósito no sería el de ocultar la información sino el de vencer la indiferencia. En un mundo de inscripciones caracterizadas por la monótona repetición de las mismas fórmulas, el uso de un lenguaje alterado sería un truco para apelar a la curiosidad del lector.

Puede resultar paradójico que el uso de técnicas de ocultación se utilice para atraer la atención e incrementar el impacto del mensaje, pero es un método terriblemente eficaz si se utiliza correctamente. La industria publicitaria, por ejemplo, la utiliza con profusión. En algunas campañas, el anuncio no da la menor pista sobre el producto anunciado, lo que atrae el interés y la curiosidad del público. No hay más que poner un letrero de "no abrir" en una caja y ver los resultados. ¡A ver cuántos niños se resisten! Este deseo de destacar del resto mediante transformaciones del lenguaje escrito puede considerarse como la  primera  muestra  de criptografía, toda vez que incluye una modificación deliberada de la escritura para alterar el modo en que se percibe del significado.

En el antiguo Egipto, no obstante, tan novedosa técnica de márketing tuvo una vida efímera. A tenor de las pocas Inscripciones criptográficamente alteradas que se registran, parece que el efecto fue el opuesto: el interés de los posibles lectores se redujo a cero. La técnica  de  "publicidad mediante ocultación" desapareció casi de inmediato, pero no lo hizo completamente, y se conservan vestigios durante  toda  la historia del Egipto faraónico, hasta la época greco-romana. Después de ello, la propia escritura jeroglífica dejó de utilizarse. El código se perdió, y con ello la posibilidad de acceder a treinta siglos de la historia de los faraones. Tuvieron que pasar casi dos milenios hasta que el egiptólogo Champollion consiguió reconstruir el significado de los jeroglíficos, para lo cual utilizó técnicas criptográficas.

Otras civilizaciones prerromanas utilizaron técnicas de cifrado, pero las referencias que conservamos son escasas y se corresponden fundamentalmente con el uso de símbolos poco utilizados. En la antigua Mesopotamia, un escriba utilizó esa técnica para intentar ocultar la composición de un tipo de vidriado para cerámica. La fórmula, escrita en el 1.500 A.C. en escritura cuneiforme, nos muestra así el ejemplo más antiguo conocido de criptografía aplicada al contraespionaje industrial. Técnicas similares de transformación del lenguaje fueron utilizadas en Babilonia y Asiria; su propósito parece ser el de dignificar el lenguaje, al estilo del texto que proclama "en el año de nuestro señor de mil quinientos doce" en lugar de limitarse a escribir 1512. Se pueden encontrar referencias a la criptografía india en libros como el propio Kamasutra, pero no hay indicios de que fuese utilizado para la protección de mensajes de ningún tipo. Tampoco la antigua China parece haber estado interesada por el cifrado, a pesar de haber desarrollado un elaborado sistema de escritura ideográfica.

Incluso la Biblia contiene un código. En el antiguo Testamento, dos versículos aluden a una ciudad desconocida para los arqueólogos. En Jeremías 25:26 se lee:
"a todos los reyes del Norte, próximos y lejanos, uno después del otro: o sea, a todos los reyes de la tierra que están sobre la superficie del suelo. Y el rey de Sesac beberá después de ellos"
Sin embargo, no parece que sea un intento deliberado por ocultarla identidad de Sesac, ya que en Jeremías 51:41 se lee:
"¡Cómo ha sido tomada Sesac / y conquistada la gloria de toda la tierra! / ¡Cómo ha sido devastada Babilonia en medio de las naciones!"
La transformación de Babilonia en Sesac se hizo mediante una sustitución  monoalfabética  llamada  "atbash". En una sustitución monoalfabética, cada letra se convierte en un solo elemento cifrado (que puede ser otra letra, un número, un signo o cualquier combinación de los anteriores). En el atbash, se trata de sustituir el alfabeto mediante un alfabeto escrito en orden contrario. Usando el alfabeto latino actual, tendríamos:

Texto llano:     A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V X Y Z
Texto cifrado: Z Y X V U T S R Q P O N M L K J I H G F E D C B A

De esta forma, BABILONIA se convertiría en YZYQNKLQZ. En el alfabeto hebreo, BABEL (BBL) se convierten en SH-SH-K (Sheshak o Sesac). Una transformación similar convierte los habitantes de "leb kamai" en "kasdim" (caldeos) en Jeremías 51:1. Existe en la Biblia una segunda transformación, denominada "albam", similar al atbash. Junto con el atbah, forman un trío de sustituciones conocidas en el lenguaje hebreo desde la antigüedad. Por ese motivo, no puede considerarse un lenguaje criptográfico ya que la "clave" para cifrar descifrar es conocida e inalterada.

La biblia contiene también un pasaje que puede considerarse el primer ejemplo de criptoanálisis (descifrado de mensajes cuando se desconoce la clave). En Daniel 5:1-31 se narra cómo el rey Baltasar de Babilonia ofreció un banquete para un millar de invitados. Mientras bebían y glorificaban a los ídolos de oro y plata, una mano apareció y escribió en la pared las palabras hebreas MENE, MENE, TEKEL , UPSARIN. El rey, asustado, llamó a su "gabinete de cifra: "el rey gritó con fuerza que hicieran venir a los adivinos, a los caldeos y a los astrólogos". (Daniel 5:7) Finalmente, el rey mandó llamar al mejor criptoanalista de su reino: "En este Daniel ... se ha encontrado ... ciencia, inteligencia y el arte de interpretar sueños, resolver enigmas y solucionar problemas" (Daniel 5:12).

Su "desciframiento" se basaba en el significado de las palabras en arameo y reinterpretarlas de acuerdo con la voluntad divina, según la cual el rey se negaba a humillarse ante la grandeza de Dios:
Mené [contado]: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto fin.
Teke [pesado]: Tú has sido pesado en la balanza, y hallado falto de peso
Upsarim [o Upsarin, dividido]: Tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los persas [Parsin, que en arameo es idéntico a Upsarin] (Daniel 5:26-28)

La interpretación de Daniel es, por supuesto subjetiva, y en contra de lo políticamente correcto (nunca es buena idea pronosticar desgracias a los gobernantes, entonces o ahora). A pesar de ello, Daniel recibió la recompensa prometida por el rey, probablemente el mayor bonus cobrado jamás por un criptoanalista: "Entonces Baltasar mandó revestir de púrpura a Daniel e hizo poner en su cuello el collar de oro y proclamar que ocuparía el tercer puesto en su reino" (Daniel 5:29). De poco sirvió la traducción al rey Baltasar, ya que esa misma noche fue asesinado sustituido por el rey Darío de Media. En cualquier caso, esta reseña  del Antiguo Testamento nos muestra el primer ejemplo de criptoanálisis de la historia, y ha sido inmortalizado en obras como el óleo "la fiesta del Belsazar" de Rembrandt (1635) o el auto sacramental "la cena del rey Baltasar" de Calderón de la Barca (1643)

Artículo obtenido del Boletín ENIGMA- nº 63 (y de la corrección del mismo en el nº64)
El  boletín ENIGMA es una publicación gratuita del Taller de Criptografía, y se rige por las normas de la licencia de Creative Commons "Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual". Se permite su libre copia, distribución y comunicación para fines no lucrativos, citando nombre y referencia.
Boletín ENIGMA: http://www.cripto.es

Creado por Arturo Quirantes - 2008

Para más información, véase la licencia Creative Commons en sus formas reducida y completa:
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http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/legalcode.es

PD:  La imagen contenida en este artículo no pertenece al Boletín Enigma

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